Según estudios recientes se ha demostrado que el aceite de oliva protege contra la inflamación, el estrés oxidativo y el riesgo cardiovascular. Además los estudios aportan más pruebas de las propiedades beneficiosas del aceite de oliva para nuestra salud, un estudio de la Universidad de Córdoba afirma que el aceite tiene un efecto protector contra diferentes enfermedades.
Gracias a su contenido de ácido oleico y linoleico o grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, respectivamente, el aceite aporta más beneficios que el simple hecho de aportar sabor a las comidas, como:
- Ayuda a vivir más: previene y reduce el posible desarrollo de muchas enfermedades, estudios dicen que puede ser bueno para prevenir ciertos tipos de cáncer.
- Tiene propiedades antibacterianas: algunas de las enfermedades que ayuda a prevenir es gracias a sus propiedades antibacterianas, se ha visto que este alimento es eficaz contra una bacteria llamada Helicobacter pylori y dicha bacteria puede causar úlceras y cáncer de estómago. Se ha visto que con 30 gr de aceite se puede eliminar entre un 10 y un 40% de la infección causada por la bacteria Helicobacter Pylori.
- Mejora la salud intestinal: el aceite mejora la salud del estómago y del aparato digestivo, actúa como protector reduciendo así el exceso de ácidos en esta parte del cuerpo y además aumenta el pH favoreciendo la absorción de minerales como el calcio y el magnesio.
- Previene la artritis: ayuda a reducir el dolor en las articulaciones y la hinchazón de la artritis reumatoide, que es un enfermedad que provoca articulaciones deformadas y dolorosas, y es más estos efectos se pueden ver magnificados cuando combinamos el aceite con pescados ricos en omega-3.
- Mejora las funciones cognitivas: el aceite contiene polifenoles y estos son compuestos bioactivos que actúan como antioxidantes y antiinflamatorios y estudios demuestran que potencian el nacimiento de nuevas neuronas. Por eso las personas que consumen más grasas saludables tienen mejor memoria, mejores funciones cognitivas, mejores funciones metabólicas y un mejor desarrollo cerebral.
- Previene la aparición de la diabetes: Es protector contra la diabetes por sus efectos beneficiosos sobre la glucemia y la sensibilidad a la insulina. Según un estudio el riesgo de padecer diabetes se reduce un 40% si se consume aceite de oliva.
- Mejora la salud cutánea: el aceite contiene agentes antienvejecimiento y además nutrientes que ayudan a combatir la osteoporosis y daños que pueden surgir en la piel.
- Mejora el sistema inmunológico: el aceite es necesario para combatir virus o bacterias que podrían perjudicar a nuestro organismo. Los antioxidantes ayudan a mejorar el sistema inmunológico y así prevenir enfermedades.
- Previene enfermedades cardíacas: este alimento podría prevenir estas enfermedades ya que reduce la inflamación, mejora la función de los vasos sanguíneos y ayuda a prevenir la coagulación de la sangre.
- Reduce el colesterol: el aceite ayuda a proteger al organismo contra el colesterol malo o LDL, y los fitoesteroles que contiene aumenta el colesterol bueno o HDL y esto ayuda a equilibrar el colesterol y esto puede reducir enfermedades cardiovasculares y arteriosclerosis.
La ingesta recomendada de aceite es de tres a seis raciones, ya que es un alimento calórico y si consumimos en exceso es fácil que nos pasemos de las calorías necesarias y por consiguiente subir de peso. Aunque si la persona se encuentra bajo un plan dietético tiene que seguir las recomendaciones de su nutricionista.
¿Cuál es el mejor aceite?
Hay muchos aceites y de diferentes tipos, pero el que se considera como el mejor aceite es el aceite de oliva virgen extra o AOVE, gracias a sus propiedades saludables y sus antioxidantes hacen que este alimento no puede faltar en ninguna receta.
Alternativas al aceite de oliva
Aunque si no tenemos acceso al aceite de oliva virgen extra, existen alternativas al aceite de oliva con importantes propiedades que se pueden utilizar en nuestras recetas saludables y equilibradas.
- Aceite de girasol alto oleico: es uno de los sustitutos más comunes y se trata de aceite que se obtiene de semillas de girasol modificadas genéticamente para que mejoren su perfil nutricional. Este es una buena opción para freír ya que es más resistente a la oxidación y soporta mejor el calor pero también es bueno si se consumen en crudo.
- Aceite de canola: proviene de la misma planta que el aceite de colza y es rico en ácidos grasos omega 3 y 6 y en ácido oleico. Se recomienda consumirlo crudo.
- Aceite de coco: es un aceite muy estable a temperaturas muy altas ya que no se degrada y no pierde propiedades. Se puede usar tanto en crudo como para cocinar, dándole a los salteados un sabor peculiar.
- Aceite de aguacate: muchos expertos consideran que este aceite es la mejor alternativa al aceite de oliva, ya que tiene propiedades que se asemejan a la de las aceitunas. Es rico en grasas monoinsaturadas y vitamina E.
- Aceite de sésamo: es otro sustituto muy utilizado en la cocina y sobre todo la asiática, es rico en ácidos grasos omega 3 y 6 y en minerales como el hierro y el calcio y en vitamina E.
Los nutricionistas afirman que el uso de aceite de oliva en la cocina mediterránea es fundamental. Como aderezo en ensaladas y guisos y también para freír. Por eso los expertos recomiendan su uso por encima de cualquier otro aceite vegetal, ya que a altas temperaturas mantiene sus propiedades.
¡No olvides incluir el aceite de oliva ecológico en tu vida ya que ganarás en salud!